No sé ustedes, pero yo sigo en la resaca post-Óscares, porque como yo entrevisté a Cuarón para la portada de Forbes, siento que esa estatuilla también es mía. Aquí es donde todo el mundo debe reírse, y no por burlarse, sino porque todos pensamos lo mismo cuando vimos a Alfonso Cuarón subir a recibir su estatuilla como mejor director por “Gravity”, honor que por primera vez recibe un director mexicano, al que todos hemos aplaudido en alguna de sus películas, porque para todos los gustos ha tenidos.
Me emocionó mucho porque es una forma de inspiración, aunque, como él mismo dijo anteriormente, la película no es mexicana ni beneficia al cine mexicano en términos tangibles, pero sí tiene un efecto importante: su triunfo personal celebra el triunfo creativo de los cerebros nacionales, específicamente de los cerebros artísticos, tan vilipendiados, ninguneados y despreciados en nuestro país.
Respiro por la herida y echo lagrimita Remi: con su logro se demuestra que el talento es poderoso, y con él (y una alta dosis de perseverancia y visión de negocios, que también es necesaria), se puede llegar lejos…muuuuy lejos. Conquistar el universo.
Verán ustedes, hace mucho que no veo filmado un guión mío, pero mis amigos cineastas, que se siguen dedicando en cuerpo y alma a una profesión tan sacrificada y dolorosa como apasionante, viven cazando becas, sufriendo porque nadie les paga y porque siempre todo es “de cuates”, porque “no hay presupuesto”, y no son los compañeros los que solicitan las chambas gratis, sino las casas productoras.
Les doy un simple ejemplo: la productora Zares del Universo, propiedad del famoso conductor de televisión Facundo, quien tiene programa de radio, de tele, comerciales y contratos con marcas, no le ha pagado desde hace más de un año a muchos de sus trabajadores, entre ellos tres colegas y amigos míos: una editora, una guionista y un cinefotógrafo. A cada uno le debe menos de 10 mil pesos, es decir, una cantidad que para muchas personas es insignificante. Bueno, pues para ellos no lo es, porque viven de eso.
Por eso, porque aguantar en una profesión complicada, donde las películas se levantan con millones que provienen del estado (en manos de Imcine), de las becas y laboratorios de producción y festivales de cine, o de la iniciativa privada, que suelta los dineros con mucho trabajo (lo más difícil siempre es llegar a la persona que decide si patrocinar el proyecto o no), por todo lo que cuesta conseguir un trabajo digno en una televisora, productora o similar, que sí pague, tan solo para poder cubrir la renta sin darse ni la tercera parte de los lujos como los que disfrutamos todos los miembros de este Principado, por eso y solo por eso, el Óscar de Cuarón es de importancia para la comunidad cinematográfica y artística mexicana; por eso inspira, por eso importa.
Ya si los demás nos emocionamos porque es un compatriota o porque fuimos fans de “Y tu mamá también” o de “Solo con tu pareja” (o la que quieran), qué bueno y qué padre. Por donde se le quiera ver, no hay que hacer debates sobre si beneficia al país o no.
Como colofón les diré que la portada de Variety, la revista de espectáculos líder en Hollywood, publicó esta semana a Cuarón vestido de smoking a pleno sol tirado en el camastro de una piscina en algún lugar de Hollywood, comiendo lo que sobró del banquete, con sus dos Óscares al lado, así como amanecemos todos después de las bodas en la playa. Es el nuevo hombre del momento en el showbizz.
Así que, amigos hipsters, ¡tenemos esperanza!
Por cierto, Emmanuel Lubezki, el cinefotógrafo galardonado con la misma distinción, es otro talento al que hay que aplaudir y no olvidarlo por la emoción cuaronista. Hago un breve paréntesis aquí: por más que Felipe Fernández del Paso se queje de que su nominación al Óscar hace diez años como director de arte de la película “Frida” de Salma Hayek, “le haya arruinado la vida”, francamente, me da risa. Ser todólogo no ayuda a consolidar los obejtivos…si lo sabré yo.
Mextenis a la alza
Bueno, luego de mi perorata cultural, el evento de la semana fue el Abierto Mexicano de Tenis de Acapulco, en el que acudieron personalidades como Juan Domingo Beckmann y su esposa Laura Laviada y Pepe Bastón, sin su Eva Longoria, mientras que Arturo Elías Ayub fue con su esposa Johanna y su hijo El Chilaquil, Javier Sordo Madaleno con su mujer Ana Paula Ordorica; Lili y Ricardo Henaine, Manuel y Marie Therése Arango.
Pero el hombre de la noche fue el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Sí, porque apenas daba un paso, los señores empresarios lo saludaban acompañados de comentarios como, “felicidades por la captura del Chapo”, “México necesita acciones”, particularmente, el señor Arango fue uno de los que se paró a saludarlo entre set y set. Claro que Osorio Chong se pavoneó por los palcos VIP toda la noche sabiendo que todo el público lo reconocía y le tomaba fotos desde las gradas.
En lo deportivo, el ganador de la final fue Grigor Dimitrov (Andy Murray se vino a pasear, pero qué importa) y el presidente del evento, Alejandro Burillo dijo que nada moverá al abierto de Acapulco de sede, bajo ninguna circunstancia. Contra viento y marea se ha mantenido en el puerto y es de los pocos, poquísimos pretextos glamourosos que le quedan al querido Acapulco, tan golpeado socialmente. Por cierto que Mextenis lanzará un libro de lo mejor de estos 21 años de abierto.
Felicidades a todos los involucrados.
¡Nos leemos la próxima semana!