Redescubrí Morablanca hace unos días, este magnìfico restaurante de Daniel Ovadìa en Emilio Castelar, es un must para aquellos quienes gustan, tanto de las creaciones del jòven Chef, como del visitar uno de los lugares màs chic de la ciudad.
Hace un par de días, recibí la invitación de mi buen amigo, Miguel Verduzco, al cual conozco desde hace más de 12 años. Mike, profesional, entregado, inteligente y multi-facético, y del cual ya hablaré en mi columna de los PR´s en un par de semanas, lleva las Relaciones Públicas para todos los lugares de Ovadía, y junto con su equipo de Tangerine Soul, lo hacen de maravilla.
El tema de la decoración de restaurantes me parece fascinante al igual que todo el entorno que ahora diseñan arquitectos, interioristas y Chefs en conjunto. Para este proyecto Daniel hizo equipo con Amin Suárez y Joshua Borenstein, quienes buscan acercar la arquitectura a cada cliente. Esta dupla, geniales en todas sus participaciones, procuraron recuperar la arquitectura original de la casa en donde está ubicado, logrando una atmósfera, elegante, refinada y ultra chic, utilizando colores blanco, gris y plateado, con la misma inspiración del momento histórico en el que fue construida.
Hace unos días entrevisté a Daniel Ovadía para su nuevo proyecto, Peltre, del cual les platicaré en próximo artículo, y me decía, que le gusta participar activamente en los tema de decoración y proyectos, justo ahora está trabajando en su nuevo concepto en Santa Fe, en donde creará un lugar totalmente diferente a lo que ya tiene, un sports bar, en donde habrá billar, dardos y deliciosa platillos ad hoc, así es que ya estaremos probando las hamburguesas 100% Ovadía, seguramente deliciosas!
Continuando con Morablanca, Miguel nos dice: » El biombo en tonos grises y blanco con figuras de enormes garzas elegantísimas, ubicado en la entrada, le asegura al comensal que se internará en un mundo de glamour. Este restaurante nace de la sociedad entre el reconocido Chef y Moisés Zonana, Empresario que se ha aliado en esta exitosa apuesta. La magnífica puesta en escena, nos remonta al México de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, en la época del Porfiriato «.
» En Morablanca, el jóven Chef Ovadìa ofrece una cocina mucho más libre «, según nos platica Miguel Verduzco, el incansable PR de Daniel, el cual constantemente se reúne tanto con la prensa como con los clientes de Ovadía, para llevar degustaciones, catas, eventos especiales y más.
» Los platillos del jóven autor son creados a partir de clásicos franceses e inspirados en la cocina del México de esa época, influenciados también por la inmigración judía y libanesa de ese momento, es por ello, que podemos encontrar las más deliciosas hojas de parra rellenas de pato y arroz blanco, cocinadas con aceite de oliva español Dauro y limón, con ralladuras de cítricos y servidas con espuma de yoghurt», nos dice Miguel, al pedirle al Capitán que nos traiga este platillo, que ahora es uno de mis favoritos. » Todo este mundo dentro de sus platillos, nos hablan de la influencia que tuvo Daniel desde niño, ya que proviene de una familia de distintas nacionalidades, exponiéndolo a diversos platillos, que dejaron huella en su cocina. Por ejemplo, su sopa de cebolla y lentejas, elaborada con fondo de res, cebollas fileteadas, lentejas, yema de huevo y pan con queso francés Comté de vaca, es un verdadero edén para el paladar «. Y agrega: » Otro platillo inolvidable es el tortelloni de ragout de bogavante, pasta de harina de trigo en forma de anillo, hecha en casa y rellena de ragout de bogavante, acompañada con la tenaza salteada en mantequilla neozelandesa y espolvoreada con queso italiano parmesano, inolvidable». Para el postre, y ya sumergidos en una magnífica conversaciòn, un pastel de mil hojas con avellanas, chocolate y pasta philo. Perfecto para culminar una tarde soleada frente al hermoso Parque Lincoln.
Definitivamente Daniel Ovadìa, me sorprendé y estoy cierta, nos seguirá sorprendiendo una y otra vez.