Con una resolución cuatro veces mayor que las de alta definición actuales, y con un precio de venta en Corea del Sur de 150 mil dólares, Samsung lanzó una televisión de 110 pulgadas.
El aparato mide 2,6 metros de ancho por 1,8 de alto (hasta ahora la televisión con pantalla más grande de Samsung era de 85 pulgadas) y estará a la venta en China, Oriente Medio y Europa, para lo cual la compañía informó que ya recibió 10 pedidos de Oriente Medio para el nuevo televisor.
El lanzamiento de la gigantesca televisión refleja que los fabricantes globales tienden a favorecer la producción de aparatos con ultra alta definición, ya que hacer televisiones grandes con la tecnología OLED es muy costoso.
El año pasado, Samsung y su competidor LG Electronics, los dos mayores productores de televisores en el mundo, pronosticaron que la tecnología OLED sería la más usada en el futuro.
Las pantallas OLED son ultradelgadas y muestran imágenes con mayor claridad y una saturación de color más profunda, aunque ambas marcas no lograron que la tecnología OLED remplazara a la de cristal líquido y siguen teniendo problemas para producir equipos con OLED a precios accesibles.
Los especialistas esperan que la demanda de equipos de ultra alta definición aumente pese a la escasez de contenidos para ellos, y también que los precios se reduzcan más pronto que los de los aparatos con OLED.
La consultora NPD DisplaySearch informó que las ventas globales de aparatos de ultra alta definición pasarán de 1.7 millones este año a 23 millones en 2017, y más de la mitad de los cargamentos entre 2013 y 2017 corresponderá a compañías chinas.
La estrategia de Samsung es hacer pantallas más grandes a precios más altos, mientras que los fabricantes chinos tratan de aumentar las ventas de sus aparatos de ultra alta definición de precio bajo y menores tamaños.