Luego de someterse a una operación para implantarle una prótesis temporal en la cadera izquierda, el rey de España, Juan Carlos I, recibió el alta médica.
El monarca abandonó el hospital Universitario Quirón de Madrid tras completar el postoperatorio satisfactoriamente y lograr una autonomía suficiente para realizar los movimientos cotidianos.
El rey Juan Carlos tuvo que volver al quirófano tras sufrir una infección en la prótesis que se le había implantado el año pasado, y dentro de unos dos meses deberá ser operado de nuevo, para que le sea implantada una prótesis definitiva, en la que será su sexta intervención en dos años.
La delicada salud del monarca ha alimentado un debate político sobre si hay que acabar con el vacío legal respecto a los poderes ejecutivos del príncipe heredero, Felipe de Borbón, cuando sustituya a su padre, actual jefe de Estado, y ha alimentado rumores de una posible abdicación.
La recaída del rey ha perjudicado el plan de la Casa Real de recuperar la popularidad del monarca, que alcanzó su punto más bajo cuando fue fotografiado realizando una cacería privada en Botsuana, en plena crisis económica del país.
La directora del centro médico privado, Lucía Alonso, aseguró que «en las próximas semanas, don Juan Carlos continuará con el tratamiento, las revisiones postoperatorias y el programa de recuperación previsto en régimen ambulatorio».
«Muy bien, muy bien, ya veis», ha contestado el monarca a la pregunta de cómo se encontraba. «Estupendamente. Bien, gracias», ha dicho.