Budapest es conocida como «la pequeña Viena» o «El París Austrohúngaro». Independientemente de cómo se la conoce, es una de las ciudades más encantadoras de Europa, no sólo por su elegante arquitectura, sino por ser uno de los destinos culturales más interesantes del viejo continente.
Por estas fechas, la nieve viste Budapest, además de luces y adornos. Su grandiosa arquitectura, sus dos ciudades, Buda y Pest, el esplendoroso parlamento, sus museos y balnearios públicos, la dotan de un ambiente único y mágico.
Pero además de ser un destino ideal bañado por el Danubio, es también un lugar muy especial para disfrutar la ópera, uno de los Palacios de Ópera más esculturales de Europa, que cuenta con una de las mejores acústicas del mundo.
En esta temporada, Budapest te ofrece una gran oferta de programas musicales, así como el concierto de Fin de Año, que influenciado por el prestigioso concierto de Viena, cada año cuenta con más seguidores.
El palacio neorenacentista está situado en la avenida Andrássy y se encuentra rodeado de sofisticados restaurantes, tiendas y cafés. Además, la parada del metro se ubica frente al mismo y es una de las líneas metropolitanas más antiguas y con más encanto del mundo.
Al entrar a la ópera, uno se sumerge en la época de los Habsburgo y te trasladas a ese ambiente majestuoso que llenaba las noches musicales de la Hungría Imperial.
Paradójicamente, asistir a la ópera de Budapest no es caro porque se puede hacer desde 3 euros, siendo la media unos 30. Más información en www.jegymester.hu