Moscot, es una marca fundada en Nueva York en 1915 y su bisnieto Harvey Moscot copresidente de la casa nos relata la historia: «mi bisabuelo Hyman llegó a Nueva York en 1899, procedente de un pueblo de la antigua frontera entre Rusia y Polonia. Se ganaba la vida como vendedor ambulante en Orchard Street, en el sur de Manhattan, una zona en la que vivían muchos inmigrantes de Europa del Este. Allí empujaba un carrito en el que llevaba peines y todo tipo de utensilios, pero lo que mejor se vendía eran los lentes».
Hyman se especializó en monturas con cristales. El negocio fue un éxito, pues era uno de los pocos carritos ambulantes que disponía de anteojos. En 1915, abrió su primera tienda en el mismo barrio y poco después su hijo Sol, de 15 años, empezó a trabajar con él, el abuelo de Harvey, quien modernizó la empresa con sistemas precisos para graduar la vista, ya que hasta entonces encontrar cristales adecuados era cuestión de suerte y paciencia. La gente se iba probando gafas hasta dar con un par que mejorara su visión. En 1936, amplió el negocio inaugurando una óptica en la misma calle.
Tres cuartos de siglo más tarde, el establecimiento sigue en el mismo lugar, aunque la clientela ya ha cambiado, no son ya inmigrantes sinno que ahora los usan celebridades y estrellas de cine como Johnny Depp, Mario Testino, Tim Burton o Lady Gaga, Ben Harper, Jeff Goldblum, Helena Bonham-Carter, Susan Sarandon, entre otros.
Sin pretenderlo, la pequeña empresa familiar se ha convertido en una marca de tendencia. Muchos de sus diseños aparecen en las editoriales de moda de las revistas y cada vez son más los clientes que acuden a las ópticas buscando un look de lo más actual.
«Llevamos décadas fabricando modelos estilo años 40, 50 y 60 que antes casi nadie se ponía pero que ahora hacen furor», añade indica Wendy Simmons, Copresidenta de Moscot. De hecho, no quieren que se les encasille como firma ultramoderna. «No somos diseñadores de monturas de moda, ya que cuentan con clientes que vienen desde hace años, e incluso familias enteras.
En Moscot, no se hace distinciones entre lentes de hombre y de mujer. Todos los modelos son unisex. Wendy nos señala que antes hacían dos colecciones distintas, pero muchos hombres elegían lentes de mujer sin darse cuenta. No podían decir que no se las debían poner porque las habían diseñado para mujer.
Respecto a la fabricación, las piezas están pulidas y ensambladas a mano en talleres localizados en China y en Corea del Sur. «Hay quien piensa que el hecho de que fabriquemos en estos países implica mala calidad o frágiles, pero no es el caso. Colaboramos con talleres pequeños que sólo hacen gafas para nosotros, por eso tenemos un control total sobre la calidad», dice Harvey, insistiendo en que desean mantener precios accesibles. Las monturas cuestan entre 200 y 300 dólares, aunque algunos modelos de edición limitada excede esa cantidad.
Además de las tres tiendas neoyorquinas, los lentes Moscot pueden comprarse en ópticas de más de 30 países, o a través de su web, y en México las puedes encontrar en la Boutique PEONIA en el Centro Comercial Antara en Polanco.
Por el momento, no brinda monturas a medida, aunque sí cierta personalización. «Se puede elegir el color del acetato y de los cristales. En nuestras ópticas adaptamos la forma de los cristales de algunos modelos. De todos modos, todas las colecciones diseñadas para lentes graduados pueden convertirse en lentes de sol y viceversa», dice Harvey.
El catálogo está lleno de piezas con nombres misteriosos como Grunya, Koopa o Ipish, que hacen alusión a miembros de la familia Moscot, a amigos cercanos o a términos que tienen una vínculo especial.
Más info: www.boutiquepeonia.com