Francia acogerá la edición de 2018 de la Ryder Cup de golf, la competición bianual que enfrenta a Europa con los Estados Unidos y será el segundo país fuera de las Islas Británicas en organizar el evento, después de que lo hiciese el campo español de Valderrama, en Sotogrande, Cádiz.
El proyecto francés era considerado el favorito por todos antes de que George O’Grady pronunciase su nombre en la localidad inglesa de Wentworth, y los pronósticos se cumplieron, arrebatando el sueño a la capital española, Madrid, que esperaba que la solidez de su candidatura, su tradición golfística en Europa y la figura del fallecido Severiano Ballesteros pudieran ser los argumentos para hacerse con la designación.
Sin embargo, Francia, con un gran recorrido como Le Golf National, casa del Open del país y ya construido hace más de 20 años, una ciudad atractiva como París, tanto a nivel cultural como turístico, y un gran proyecto de legado, decantó la balanza de su lado, pese a no tener tanto peso en el mundo del golf, batiendo al proyecto español, y a Portugal, Alemania y Holanda, las otras aspirantes.