Cuando se visita San Miguel de Allende, es un must ir a Cumpanio por varias razones: Comprar pan para llevar a casa, disfrutar un delicioso desayuno con deliciosos productos artesanales y locales que hacen de esta panadería/restaurante un lugar fabuloso o también pasar a tomar un café con pan y compartir una agradable charla, leer un libro o momento de trabajo.

¡Felicidades Cumpanio¡ Sandra, Alberto y todo el equipo, se les desean muchos muchos años más de deliciosas creaciones y momentos inolvidables.

Hace catorce años, Cumpanio abrió sus puertas en el corazón de San Miguel de Allende con una visión sencilla pero profundamente signicativa: crear un espacio donde la reunión en torno a la mesa se convirtió en un acto de celebración y conexión. Inspirados por las ricas tradiciones de la cultura europea y la propia herencia mexicana, el nombre Cumpanio, que proviene del latín cum-panio (“con quien compartir el pan”), encapsula el espíritu del proyecto desde el primer día.

De esta misma esencia nació su querida panadería, Panio. Como panaderos de herencia, Alberto y Sandra, fundadores de Cumpanio y Panio, sintieron el llamado de traer la magia del Viejo Mundo a San Miguel a través de la reinvención del pan artesanal, elaborado con cuidado, respeto y amor. Panio ha crecido para convertirse en un símbolo del arte y la conexión que el pan representa compartiendo una parte de ellos con cada hogaza y con cada cliente.
En estos 14 años Cumpanio ha crecido no solo como negocio, sino como una vibrante comunidad. A través de Cumpanio y Panio se generan trabajos, compartiendo conocimiento y transmitiendo pasión por hacer pan a inumerables personas, porque no sólo los que trabajan ahí son parte de este legado, sino que de vez en vez se organizan interesantes talleres, personalmente he estado en varios y los he gozado muchísimo.

Los Directivos de Panio y Cumpanio también se encuentran muy involucrados en apoyar y trabajan con organizaciones no gubernamentales.
