- El exclusivo resort ubicado en la Riviera Nayarit tiene preparadas exclusivas experiencias diseñadas para parejas
- Desde momentos íntimos en playas escondidas hasta experiencias culinarias exclusivas y rituales de bienestar transformadores, este refugio promete una escapada inolvidable
Para este Día del Amor, Conrad Punta de Mita invita a las parejas a redescubrir su conexión en un santuario de lujo y naturaleza. Desde playas escondidas hasta cenas privadas bajo las estrellas, este exclusivo resort, en la Riviera Nayarit, ha creado un itinerario romántico de tres días que combina aventura, relajación y sofisticación, asegurando momentos inolvidables, inspiradores y, por supuesto, seductores para sus huéspedes. |
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La escapada iniciará con un recorrido hacia Playa del Amor, un paraíso escondido en las Islas Marieta. Tras nadar juntos a través de un túnel natural, las parejas descubrirán una pequeño refugio natural secreto de arena blanca rodeado de aguas cristalinas. Después, de regreso al resort, una cata guiada en el exclusivo Agave Studio los llevará por un viaje sensorial a través de destilados mexicanos como tequila, mezcal, sotol y raicilla. Aquí podrán vivir una experiencia inmersiva en el arte y la tradición de estos licores, acompañados de bocados de la gastronomía local o una cena maridaje de cinco tiempos. |
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Su día culminará con una cena privada en Codex, donde los manglares sirven de telón de fondo para un menú inspirado en sabores ancestrales y con el acompañamiento de un chef dedicado. Todo para crear la velada perfecta para celebrar el amor. |
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Nada mejor que despertar con un desayuno flotante servido en una piscina infinita con vista al Océano Pacífico. Luego, las parejas podrán continuar su día en una cabaña privada junto a la playa, disfrutando del sol y la brisa marina. Este espacio está equipado con amenidades exclusivas y el servicio impecable que distingue a Conrad Punta de Mita a través de un mayordomo personalizado. Seguirá un masaje en pareja en una cúpula selvática, envueltos en el sonido de la naturaleza. Y después, para finalizar la escapada con una íntima fogata en la playa, acompañados de una botella de vino selecta y el cielo estrellado como único testigo. |