La vida y el mundo están llenos de color, cada pequeño sitio por el que mires se encuentra repleto de diferentes gamas de colores que le dan un toque especial. Por ello, Sherwin-Williams te quiere compartir los colores con los que se ve México, y no solo eso, también un poco de inspiración para que los puedas adaptar a tus espacios y darles vida al estilo mexicano.
Cuando piensas en México es imposible no pensar en el famosísimo rosa mexicano, ese rosa que vemos en las ofrendas de Día de Muertos, en las bugambilias por las calles, en los dulces típicos y en los vestidos regionales.
Este es un color que al ser tan folclórico es ideal para fachadas y patios de estilo colonial en estados como Mérida, y acompañados de paredes de acento en anaranjados y plantas con tonos verdosos lograrás tener el contraste perfecto de colores.
Y ya que hablamos de flores, como no tener en mente las jacarandas cuando mencionan México, esos árboles que florecen en la primavera y llenan de color violeta jacaranda las calles de la ciudad.
El violeta es por excelencia el color de la elegancia, por ello es el go to perfecto si lo que quieres es darle un toque de exclusividad a cualquier espacio. Es ideal para restaurantes, hoteles y estancias amplias con mucha iluminación. Va perfecto con verdes, grises y azules.
Justo en el centro de la República Mexicana otro de los colores que viaja a distintas partes del mundo a dejar su huella es el azul Frida Kahlo, un azul cobalto característico del famoso Museo Casa Frida Kahlo. Este color como pigmento tuvo su primera aparición durante el siglo XIX siendo la sensación ya que no dejaba tintes verdosos.
Dicho color es ideal para agregar frescura a los espacios, por ello suele ser un color al que se recurre como elemento para la decoración de casas u hoteles que se encuentran en sitios calurosos, añadiendo un toque tropical. Este color suele ser un gran acompañante de los verdes, blancos y rosados.
Y como no pensar en las hermosas calles y callejones del centro de la república, como las de Guanajuato con esos tonos anaranjados típicos del callejón favorito de los enamorados, el callejón del beso. Para combinar este color puedes recurrir a tonalidades rojas, verdes, beiges e incluso negros para lograr constrastar los colores.
Si viajamos hacía el occidente del país resultaría imposible no visualizar el verde agave, un color grisáceo con tintes azules y verdosos que podemos observar en los campos de agave en Jalisco, así como el rojo barro de los famosísimos jarritos de Tlaquepaque. Ambas tonalidades combinan a la perfección con verdes, naranjas y azules.
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