Así como adornamos nuestro cuerpo con figuras osadas y dibujos representativos, nuestras paredes también pueden tener un sello distintivo.
Los Wall tatooes son una suerte de plantillas que se rellena con spray, en diferentes colores y para ubicar en el lugar de la casa que se desee. Se pueden hacer monocromáticos o de varios colores.
Esta idea original de Benjamín Moore es hoy día un fenómeno de moda, que le da un touch diferente y de renovación a nuestros hogares.
Simplemente hay que utilizar el spray adhesivo para fijar la plantilla a la pared deseada, pintar por encima de la misma en el color deseado, y así tantas veces como se desee. Las plantillas se pueden utilizar varias veces, de forma que podemos crear tramas a partir de un mismo diseño.
Los resultados son casi siempre geniales, alegres y con mucho estilo personal. Además, no son como los de la piel, cuando ya nos aburrimos de él, una mano de pintura encima y desaparece…