Cuando estalló la pandemia, el Sistema de la Reserva Federal (Fed) hizo que los préstamos fueran casi gratuitos en un intento por fomentar el gasto de los hogares y de las empresas; mientras que el Banco Central de Estados Unidos imprimió billones de dólares a través de un programa de estímulos llamado expansión cuantitativa, más conocido como QE.
Si bien, la Fed implementó facilidades de crédito de emergencia para evitar un colapso financiero, las vacunas y el gasto enorme del Congreso allanaron el camino para una rápida recuperación. Sin embargo, sus acciones de emergencia y el retraso en retirarlas contribuyeron al sobrecalentamiento de la economía actual.
Hoy, cada vez que la Fed sube las tasas de interés, se vuelve más costoso pedir un préstamo; de ahí que el alza de divisas impacte directamente en la economía del país y en los bolsillos de los mexicanos.
De entrada esto se traduce en un aumento de los intereses de las líneas de crédito con garantía hipotecaria, las tarjetas de crédito, las deudas estudiantiles y los préstamos para automóviles. Los préstamos a las empresas también resultan más caros, tanto para las grandes como para las pequeñas.
“La forma más tangible en que esto se está produciendo es con las hipotecas, donde las expectativas de subidas de tasas de interés ya han impactado en los intereses hipotecarios”, advierte Luis Felipe Treviño, managing director de la firma de inversión privada Beamonte Investments.
La tasa de interés hipotecario a 30 años se situó en una media del 5.54% en la semana que terminó el 21 de julio. La cifra supera a la del mismo periodo del año pasado, cuando estaba en 3%, de modo que este incremento hará aún más difícil acceder a una vivienda.
¿Cómo funciona el cambio de divisas?
Las divisas son las monedas oficiales en circulación que tienen los diferentes países. El intercambio de éstas, que surgió con fines comerciales, dio lugar a la creación del mercado de divisas. En la actualidad, la demanda de monedas extranjeras no solo responde a la necesidad de acceder a medios de pago en otros países, sino que constituye un producto de inversión. Su objetivo son las operaciones de cambio derivadas del comercio internacional y los movimientos en los mercados internacionales.
“En el corto y mediano plazos, el tipo de cambio puede obedecer a los intereses del mercado especulativo, lo que encarece la moneda y perjudica a quienes se dedican al comercio exterior. Esto ocurre por ejemplo cuando se presenta una gran demanda de pesos por inversionistas extranjeros que desean operar negocios en México, debido a las altas tasas de interés de los certificados y bonos gubernamentales. La presencia de un alto volumen de remesas de EUA, incrementa la oferta de dólares, lo que ocasiona que la moneda local se aprecie y la divisa extranjera pierda valor”, agrega el experto Luis Felipe Treviño.
El mercado de divisas opera vía Internet; para los inversores es una gran ventaja, pues les ofrece facilidad y accesibilidad. En él contribuyen una gran variedad de participantes, desde bancos centrales hasta particulares y cuenta con costes de transacción menores que al realizar transacciones de otros activos.
Sobre su funcionamiento: opera como una red electrónica de entidades bancarias, instituciones y particulares a nivel global, en la que se compran y venden divisas según el tipo de cambio. Se puede comprar a un precio una cantidad de dólares, por ejemplo, y vender un tiempo determinado después a un precio mayor, obteniendo un beneficio.
Este mercado es distinto al resto por la gran cantidad de monedas o divisas que en él se negocian. La más representativa es el dólar americano, divisa en la que están denominadas más del 60% de las reservas de los bancos centrales. Le sigue el euro, moneda en la que están denominadas el 24% de las reservas internacionales. Mientras que el yen japonés y la libra esterlina representan un 5.4% y un 5.6%, respectivamente.
Entre las principales funciones del mercado de divisas sobresale fijar los precios de unas monedas con respecto a otras (pares de divisas); definir el número de unidades a entregar de una moneda a cambio de otra distinta. Permite la realización de coberturas de riesgo de tipo de cambio.
También favorece el intercambio de fondos entre diferentes países; hay algunos con excedentes de liquidez y otros que necesitan dicha liquidez. Finalmente, financia el comercio internacional, cuyas operaciones representan una parte muy significativa del mercado de divisas.