La icónica escultura «Mano-Silla» de Pedro Friedeberg ya está en San Miguel de Allende. El artista y el presidente municipal Gonzalo González la develaron en las renovadas planchas de El Chorro.
La pieza fue trasladada a principios de julio, 351 kilómetros, desde el taller del artista en Cuernavaca, Morelos a San Miguel de Allende. Es una réplica de la original, con un peso de seis toneladas y cuatro metros de alto. Todo ello sostenido por una base de 6 metros que quedó fija en la primera terraza de la bajada de El Chorro.
La gestión se logró desde hace seis meses a través de la dirección de Cultura y Tradiciones.
El artista eligió esa pieza inspirado en su cariño por San Miguel de Allende donde vivió 25 años y porque significa cercanía y acogimiento, lo que caracterizó su estancia en el municipio.
El presidente Gonzalo González Rodríguez habló de la sintonía entre el arte de Friedeberg y San Miguel de Allende, innovadora y cautivadora del público contemporáneo.
En la develación estuvo además el curador Alejandro Sordo, y Carmen Gutiérrez quien vinculó la gestión entre el municipio y el artista; así como la directora de Cultura y Tradiciones, Paulina Cadena.
Quienes visiten esta escultura podrán «iniciar» su recorrido cultural e histórico en San Miguel de Allende, pues fue en El Chorro dónde se fundó la ciudad y de ahí seguirían al Parque Juárez, con más de 100 años de historia y caminar hacia la zona patrimonio.