La relación que nace entre niños y animales es tan poderosa que con el paso del tiempo los convierte en los mejores amigos. En el caso de los niños con discapacidad los ayuda a sentirse valiosos, además de aportarles importantes diferenciadores para su desarrollo educativo y social, e invitarlos a asumir responsabilidades y a aprender valores.
“Una de las aportaciones más conocidas en este sentido es la Gatoterapia ¡felinos que curan! En esta terapia se recurre a los gatos para tratar diferentes alteraciones, sobre todo en lo relacionado a lo emocional o social. Su aparición en el ámbito terapéutico es relativamente reciente, aunque en realidadlos gatos llevan siglos ayudando a superar problemas como la tristeza, la ansiedad o la depresión”, compartió Edgar Islas, MVZ y especialista de Whiskas® para Mars Petcare México.
Es posible que los padres de familia no conozcan que tener un gato en la familia puede ser de ayuda para sus hijos; incluso estos animales ya no son solo considerados de compañía sino seres con grandes virtudes terapéuticas, porque desempeñan un papel esencial en el tratamiento de diversas alteraciones, ¡les compartimos más datos!
- Menor tensión – Tener un gato en casa es una solución excelente para aliviar las tensiones y el estrés, mucho de esto se debe a que acariciar a los gatos estimula la segregación de serotonina y dopamina, dos neurotransmisores que favorecen la relajación a nivel cerebral. Además, el contacto directo con estos animales fomenta la producción de oxitocina, la hormona del amor y la seguridad.
- Fortalecen el sistema inmunitario – La caspa que se produce de manera natural por el cambio de pelo en los gatos y otros animales como los perros, ayuda a que los niños se vuelvan más tolerantes a los alergenos, que son los responsables de la manifestación de las alergias y el asma. Un estudio realizado por expertos de la Universidad de Wisconsin encontró que los niños que vivían con un gato tenían un 19% menos de probabilidades de desarrollar cualquier tipo de alergia, en comparación con quienes no tenían mascotas. Es muy importante que antes se verifique con el médico si es recomendable tener una mascota o no, según el estado de cada persona.
- Mejoran el estado de ánimo y les permiten conocer las emociones – Los niños que tienen un gato se exponen a un riesgo menor de padecer ansiedad y depresión, a la vez que mantienen un estado de ánimo más positivo y optimista, esto se debe a que los gatos suelen ser muy divertidos por naturaleza, lo cual entretiene a los niños y les hace reír con más frecuencia. Como se crea una especie de juego, se van formando lazos de amistad, esto permite que las personas con alguna condición como el autismo, puedan obtener conocimiento de las emociones y a su vez los apoya para buscar retransmitirlas. La relación que se establece entre un niño con discapacidad y un gato suele darse porque el niño no se siente evaluado ni juzgado por el gato, como pudiera ser el caso de algún adulto o terapeuta, por lo que el niño puede expresar de manera libre sus emociones.
- Autonomía – Otro de los beneficios de los animales para niños con discapacidad, es que les refuerza la formación de autonomía, especialmente entre quienes padecen una situación a nivel neuromuscular o cerebral.
“La terapia con animales para niños con discapacidad permite a los terapeutas trabajar de manera más sencilla. Su compañía resulta eficaz para la terapia de rehabilitación de pequeños con problemas de movilidad o con autismo. La terapia asistida con animales permite que este forme parte del proceso de recuperación del paciente. Por otro lado, los niños tienen a menudo buena conexión con los animales, por ello, su presencia en terapias para niños con discapacidad tiene buenos resultados”, finalizó Edgar Islas, MVZ y especialista de Whiskas® para Mars Petcare México. Recuerda consultar con su médico pediatra o terapeuta cómo aprovechar de la mejor manera el acompañamiento de un gato, en el caso de niños con discapacidad motora es importante que la introducción y el contacto con el gato sea dirigido pues debemos recordar que los gatos son muy receptivos antes movimientos bruscos o cuando son abrazados o contenidos con firmeza.