Maru Vázquez, pintora talentosísima y quién ha participado en más de 104 exposiciones colectivas y 34 muestras individuales tanto en México como en Estados Unidos, Sudamérica y Europa contando con colecciones permanentes en México, Paris, Berlín, Bermuda, Texas y Cabo San Lucas nos invita a no dejar de gozar del arte, motivo por el cual presenta una nueva exposición en La Aurora en San Miguel de Allende para que todos los locales y viajeros gocen de un momento de belleza, desconexión y sobre todo, para nutrir el alma.
Maru cuenta con el segundo lugar en la Primera Bienal de Arte Latinoamericano Contemporáneo Barcelona, España 2004 además de contar con reconocimientos y reseñas por grandes críticos de arte así como dueños de galerías.
Hablar de arte en una época de pandemia es un tema interesante por Maru Vázquez.
El encierro físico que conlleva esta pandemia nos da la oportunidad de explorar nuestro propio mundo desde el intelecto y desde el espíritu.
El encierro no existe si cultivamos nuestro intelecto porque éste nos lleva a lugares insospechados, y no hay encierro si exploramos nuestra emoción y abrimos nuestro sentir decidiendo plasmarlo en un escrito, en un lienzo, en una pieza musical, en un nuevo paso de baile o en una nueva escultura; qué tal en un nuevo plato, o en un diferente jardín.
El confinamiento nos está dando la oportunidad de abrir todas las puertas de nuestro ser y dejar salir nuestra verdadera esencia para transformarla en algo que nos brinde belleza.
Mucha gente se queja de la falta de tiempo para hacer estas cosas y, hoy, la pandemia nos regala ese preciado espacio para llevar a cabo un viaje interior y descubrir quiénes somos y podernos mostrar acorde.
Allí es donde empieza el arte, en la propia manifestación del ser que se verá expresada. No importa si es a través de la forma, el color, el ritmo o el balance, lo que es relevante es el fondo, que no sólo se vuelve testigo de la historia propia, sino parte del legado del momento histórico a nivel global.
Las emociones que cada uno de nosotros creadores de arte vive en este momento, quedarán como un espejo de otros que, a lo mejor, no pudieron o no supieron aprovechar el momento para emprender este gran viaje interno y cambiarlo por lo que antes era exterior, o para quienes gozan de la apreciación de la creación.
Observemos el vasto abanico de manifestaciones de arte que presentan ahora las redes para que la gente las disfrute y pueda viajar a Paris y conocer sus museos o a Nueva York y escuchar la ópera, o incluso a Rusia y disfrutar el mejor ballet. Este aislamiento del mundo exterior nos permite viajar a esos y otros lugares, nos da oportunidad de leer todos aquellos libros que nos llevan a distintas historias que nuestra propia imaginación interpretará y dará color de diversas formas.
Entonces, hablar de arte en un tiempo de pandemia es hablar de lo que nos ha mantenido vivo el espíritu y la esperanza, de lo que ha calmado los demonios y amansado a las fieras. De lo que ha dado distracción a las preocupaciones y una visión distinta a muchas cosas.
Hoy si tenemos tiempo de dar rienda suelta a nuestra imaginación y volar a universos desconocidos y entrar a los profundos mundos de nuestra existencia. Los habrá rojos, verdes o amarillos. Probablemente también aparecerán los negros, grises, brillantes u opacos, pero de todo ello siempre puede surgir una creación propia… una pieza de arte.
Este es un momento de encuentro con nosotros y con otros, de comunión entre el creador y el espectador que se ve reflejado en la obra. Es un momento de gran introspección para el artista y de profunda reflexión para el que admira el arte, porque nos está invitando a recordar que no todo es abrumador o trágico, nos está incitando a emprender nuevos caminos de descubrimiento personal y de valoración de lo que existe. Nos está estimulando a abrir los sentidos a mundos paralelos con el caos convirtiéndolos en algo muy distinto.
Y no sólo eso, nos está brindando la oportunidad de observar el mundo como muchos no lo habían visto. Cuántos no se habían dado cuenta del tono rojo de una flor o del canto melodioso de los pájaros o del suave baile de las hojas acompañadas del viento, porque no había tiempo por ocuparnos de lo externo. La naturaleza es arte y muchos nos la estábamos perdiendo.
El arte es un gran maestro que ocupa todos nuestros sentidos para hacernos vibrar en otra frecuencia, que nos hace recordar otros ayeres y vislumbrar nuevos mañanas. Es el instrumento que da diferentes matices a los momentos y nuevos ritmos a los días.
Entonces hablar de arte en tiempos de pandemia es un tema no sólo interesante, me atrevo a decir que muy importante porque es una representación del mundo, es la catarsis de las emociones…es una herramienta tan poderosa que, sin él, probablemente muchos de nosotros no hubiéramos sobrevivido.
Ahora, adentrándonos en las tendencias del arte mexicano en estos momentos, ha ocurrido algo muy interesante. Las redes se han inundado de imágenes cursos, tutoriales, programas en vivo, visitas a museos, transmisiones de cine y conciertos.
La creatividad y la tecnología nos han ayudado a encontrar otras formas de compartir el arte y vivirlo desde nuestro hogar sin siquiera tener que salir ni pagar por ello.
Creo que la tendencia será igual de surreal e intensa como siempre ha sido, pero proliferará la expresión más pura de las emociones y vivencias propias, ya que el confinamiento nos ha dado la limitante de no poder tener contacto físico ni con la gente ni con el entorno. Estamos aprendiendo a través de otros medios a mantenernos cerca, a tratar de estar unidos y a buscar nuevos caminos para hacer las cosas.
Creo que habrá expresiones más fuertes y probablemente más violentas visualmente, por lo que acontece en este país propiamente, porque no sólo estamos lidiando con un tema de salud, sino con la confrontación de un sistema gubernamental ineficiente y una sociedad civil que no había despertado.
Las voces de todo esto se han hecho oír de diversas formas, pero muchas aún se están gestando en el interior de numerosos creadores que con sus diversas técnicas y oficios nos dejarán un legado inolvidable a la corta memoria que se tiene frente a la crisis.
Creo que el arte mexicano hoy, al igual que en otros tiempos, marcará un antes y después de esta experiencia que será interesante de observar por el contenido único de haber sido creado bajo las circunstancias tan especiales que ha traído la pandemia.
Maru Vázquez
Creadora y Directora de
Igual…Ninguno!
A partir del 13 de febrero y hasta el 13 de marzo Maru les invito a un paseo por La Aurora, el cual conlleva a múltiples escenarios. Desde el sencillo deleite de dedicar una tarde a recorrer sus andadores y estudios abiertos, por entre pinturas, antigüedades, libros y esculturas, hasta la posibilidad de encontrarte frente a frente con algún artista en pleno intercambio de ideas y opiniones al momento mientras se arrojan a golpe de trazos a la conquista de sus lienzos. A partir de las 11 de la mañana, Maru Vázquez estará en la Galería Calderoni para dialogar y presentar su nueva exposición.
Es en este Centro de arte que reconocidos artistas nacionales y extranjeros entroncan con más de una década de historias del lugar, donde han sabido encontrar un espacio para desarrollar su creatividad y exhibir su obra. La atmósfera que confiere La Aurora ha invitado a nuevos creadores a sumarse a los pasajes de este escenario.
Son doce años de que La Aurora reabrió sus puertas, ahora convertida en centro de arte y diseño. Del esfuerzo de la Familia Garay sumado a la visión inicial de autores por explorar las arterias de la fábrica íntimamente ligadas al artista, surge este proyecto que divisa ahora los frutos de su entrega. Años de escenas cuyos protagonistas, pintores, escultores, galeristas e invitados, proyectan en el rostro del otro la inspiración adecuada para llevarse de este lugar el recuerdo de sus obras. Esa esencia que combina la identidad artística de una ciudad y el referente inmediato para sus turistas.