- Hogares con niños sufren mayores presiones por las consecuencias de la pandemia: menos recursos, menor seguridad alimentaria, mayores niveles de estrés.
- Al cierre del último ciclo escolar, 1 entre cada 6 niños con menores recursos no siguió las clases a distancia.
- Urge visibilizar y poner freno a los efectos de la pandemia en toda una generación.
El Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad de la Universidad Iberoamericana (EQUIDE) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) anunciaron hoy los resultados de la Encuesta de hogares ENCOVID19 Infancia, esfuerzo conjunto de las dos entidades, y alertaron que la pandemia está afectando negativamente todos los aspectos de las vidas de niñas, niños y adolescentes en México, particularmente en el caso de los más pobres.
“Por ello es importante recordar que el COVID-19 sí afecta a la infancia y visibilizar sus efectos multidimensionales, particularmente en aquellas familias con niños que cuenta con recursos limitados. La publicación hoy por parte de EQUIDE y UNICEF de ENCOVID19 Infancia contribuye a ese recordatorio y visibilidad, apuntando a que aún estamos a tiempo de tomar medidas como sociedad que valora a sus niñas, niños y adolescentes, y con la esperanza de que sean tomadas urgentemente”
La encuesta muestra que el confinamiento por COVID-19 registra mayores afectaciones en hogares con niñas, niños y adolescentes que en aquellos compuestos sólo por adultos y en un amplio rango de áreas vitales:
Inseguridad alimentaria: La proporción de hogares con niños que cuenta con acceso seguro a alimentos sanos, nutritivos y en cantidad suficiente para satisfacer los requerimientos nutricionales es de 21% en comparación a 33% en los hogares compuestos exclusivamente por adultos.
Deterioro de la salud mental: entre abril y julio, más del 30% de la población mayor de 18 años presentó síntomas severos de ansiedad según los resultados de la encuesta, pero el porcentaje de personas con síntomas severos es mayor en los hogares con dos o más niños frente a los hogares sin niñas o niños: 35% versus 27%.
Rezago educativo: sólo un 84.8% de los hogares con menores recursos entrevistados reportó que sus niños habían seguido las clases a distancia, en comparación a un 90.7% en los estratos de mediano ingreso y 95.1% en los de alto ingreso. Esto indica que 1 de cada 6 niños, niñas y adolescentes de menores recurso no tomó clases a distancia durante el ciclo escolar anterior, factor que apunta a un potencial incremento de las brechas de desigualdad presentes y futuras en el país.
Los resultados publicados el día de hoy provienen de un levantamiento de la encuesta realizado en julio que, combinados con levantamientos llevados a cabo en mayo y junio, permiten observar ciertas características y tendencias a nivel nacional que indican una mayor afectación socioeconómica en hogares con niñas, niños y adolescentes.
Por ejemplo: La proporción de hogares con seguridad alimentaria va en descenso. A nivel nacional entre abril y julio, la ENCOVID19 Infancia muestra una disminución en el porcentaje de hogares con seguridad alimentaria de 38.9% a 27.2%.
Las familias con menores de edad son más vulnerables a los efectos económicos de la pandemia tanto por su número de integrantes como por la situación laboral de éstos: esas familias tienen 4.9 integrantes en promedio mientras que el resto de los hogares tienen 2.6, y tienden además a tener más personas ocupadas en el sector informal: el 56% en comparación a 48% en hogares compuestos sólo por adultos.
El 71% de los hogares con niños, niñas y adolescentes vieron sus ingresos reducidos en julio respecto a febrero sin tendencia hacia la mejoría. En contraste, el porcentaje de hogares sin menores de edad que reportaron una reducción de sus ingresos ese mes fue de 55% y empiezan a mostrar leves mejoras.
Considerando todo lo anterior, UNICEF ofrece las siguientes recomendaciones a las autoridades mexicanas:
Los tomadores de decisión deben tomar en cuenta que los hogares con niñas, niños y adolescentes sufren afectaciones muy específicas como resultado de la pandemia y extender, por lo tanto, los programas de bienestar social y asistencia alimentaria, priorizando la cobertura a hogares con infantes, mujeres embarazadas y menores de cinco años.
El gobierno debe ofrecer servicios de atención psicosocial continuos y de acceso amplio para combatir los altos niveles de ansiedad y estrés en esos hogares, padecimientos que están afectando la salud de adultos y niños y aumentando los casos de violencia intrafamiliar.
En el contexto de la actual educación a distancia, se debe atender de manera prioritaria y especial a poblaciones con acceso limitado o nulo a televisión o internet para garantizar la continuidad del aprendizaje de sus niños, prevenir la deserción escolar y evitar que se profundicen aún más los rezagos educacionales que perpetúan la pobreza y desigualdad social ya existentes en México.
“No asumamos, ni por un segundo, que sólo tienen que disminuir los contagios en México para encontrarnos en fase de recuperación pues, como demuestra ENCOVID19 Infancia, las familias con niñas, niños y adolescentes en su seno sufren afectaciones que van mucho más allá y requieren de sólido apoyo social. Reconozcámoslas y actuemos ahora para evitar el retroceso de toda una generación”.
Para contribuir al trabajo de UNICEF ingrese a http://www.unicef.org.mx o llame al 01 800 841 88 88
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