Luffa: percepción microscópica sorprende con imágenes invisibles al ojo humano, microcosmos que están fuera del registro, pero cuya estructura y formas encierran gran belleza observadas con la ayuda de un instrumento óptico.
La muestra de Sergio Cerón Escutia –quien recurriendo al microscopio electrónico de barrido y el resonador magnético logra reproducciones impactantes del singular fruto de la planta Luffa aegyptiaca, conocida popularmente como estropajo y que es objeto de investigación– permanecerá en la Galería del Tiempo de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) hasta el próximo 11 de mayo.
Con la premisa de que el ser humano es atraído por lo que no ve ni detecta con los sentidos, el autor ha estudiado dicha especie distribuida de manera amplia en estados tropicales de México y en regiones de Asia y África y, al notar que posee características únicas y entramados extraordinarios, decidió retomar aquellas formas denominadas fractales, objetos geométricos cuya organización básica, fragmentada o de apariencia irregular se repite a escalas distintas.
Esta propuesta invita a percibir el mundo de otro modo y descubrir el encanto inusitado de figuras presentes en la naturaleza –como aquellas que encierran espectros visuales de dimensión fraccionaria– e incluye también impresiones digitales en formato diverso, fotografías e iconografía en urdimbre disímil que revelan en conjunto la complejidad vascular de esas plantas trepadoras.
Captadas con equipo asociado a la medicina, las tomas plasman esta parte de la creación del medio ambiente y configuran una parte de la investigación sobre la peculiar estructura de la esponja vegetal para su aplicación en el desarrollo de un aparato biomecánico, una modalidad del diseño conocida como bioinspiración en la que las ideas del entorno son replicadas para crear productos, sistemas o procesos.
Este trabajo partió de entender las tecnologías innovadoras como una gran herramienta de la indagación y la actividad de la sociedad, así como de comprender que el cosmos se divide en macro y en micro: lo primero es todo aquello que está arriba de la escala humana, desde la Tierra, el sistema solar y las galaxias, y lo segundo es igual o menor a órganos, tejidos, moléculas o átomos.
Para evocar la grandeza del universo microscópico, Cerón Escutia retoma una frase de Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift: “… sin duda están en lo cierto los filósofos cuando nos dicen que nada es grande ni pequeño sino por comparación”. La tecnología contemporánea “permite ver una belleza extraordinaria que conmueve y que quiero compartir con los asistentes; ojalá que sientan la misma emoción que yo al momento de ver estas imágenes”, concluyó el doctorante del posgrado en Diseño y Desarrollo de Productos de la UAM.