Durante la 63a. entrega de los «Premios Cannes Lions a la creatividad», Anna Wintour, editora en jefe de la revista Vogue y directora de arte de Condè Nast, fue presentada por Christopher Bailey, CEO y director creativo de Burberry para dirigir un discurso a una audiencia de profesionales y ejecutivos de la creatividad a nivel mundial.
Escuchar a la mujer a la que, sin excepción, todos los diseñadores del mundo esperan tener en primera fila hablar sobre la importancia de salir de las multitudes y marcar una diferencia, resulta verdaderamente motivante.
Puntualiza en la batalla constante de resaltar en las multitudes del mundo digital, un espacio saturado en el que la sinceridad over size es la clave. “Presentaciones personales y dirigidas por la emoción pueden convertirse fácilmente en súper producciones como las grandes extravagancias”, señala Anna en su discurso.
La todopoderosa editora de Vogue relaciona estas palabras con algunos ejemplos, como la colección de otoño de John Galliano en 1994. Él no estaba en su mejor momento, había pasado por una muy mala temporada y con solo 18 looks negros cambió completamente la forma de vestir de las mujeres. “Era femenino, romántico y emocional”, señala.
Otro ejemplo, planteado por el propio Christopher Bailey, en la presentación previa al discurso de Wintour, es el de cómo Anna conoce a los diseñadores de Proenza Schouler (Jack McCollough y Lázaro Hernández), al recibir un mensaje de Hernández en una servilleta durante un vuelo.
“Quiero enfatizar lo duro que es, no sólo por la necesidad de intentar y hacer lo que no se ha hecho antes, pero dar un paso fuera de lo esperado es aterrador”, reflexionó Bailey.
Para probarlo nos muestra cómo ella misma pasa de las revistas al stand up comedy, intercambiando roles con Amy Schumer, la nueva chica de portada para American Vogue.
Textos: Fernanda Acosta, especial desde Cannes.