La economía mexicana, la segunda más importantes de América Latina luego de la brasileña, es para muchos un ejemplo de pujanza, con aumentos de ventas en automóviles, ropa, joyas y accesorios que rondaron el 25 por ciento.
Esto convierte, para muchos, a nuestro país en el nuevo paraíso de las compras de lujo en Latinoamérica, en una economía que registra un crecimiento promedio del Producto Bruto Interno del 2,8 % anual.
Los expertos apuntan a la llega de marcas de lujo internacionales como un dato para respaldar tal afirmación, como es el caso de Carolina Herrera, McLaren o Lamborghini.
En lo que va de 2015 el valor del mercado de lujo en México ha sido de 3,685 millones de dólares, según estadísticas de la consultora Euromonitor, siendo ropa, calzado, joyas, relojes, productos de belleza, perfumes, bebidas y automóviles los productos que más se comercializan.
Según los datos conocidos, la expansión del mercado de lujo está poco influenciada por los millonarios mexicanos, ya que en los últimos años la mayoría de las compras la realiza la llamada «clase media aspiracional», un sector creciente de la población integrado por personas con ingresos mayores al promedio.
«Están los que tienen aviones y pilotos, y también las clases medias altas que probablemente no tenemos helicóptero pero que accedemos a productos de consumo de ese segmento», explica Claudio Fores Thomas, vicepresidente de la consultora Lexia.
Por su parte, Rosario Zavala, socia de Lexia, asegura que «en México puedes tener un comprador de lujo de una marca que sea muy discreta como Prada que no tiene visible el logotipo, versus marcas como Louis Vuitton o Carolina Herrera, cuyos iconos son evidentes».
En el crecimiento de casi el 26% del mercado del lujo en México hay otros elementos, como una mayor presencia de marcas exclusivas, ya sea a través de tiendas tradicionales o con sucursales propias y las facilidades para comprar con crédito.