No se trata de una obsesión, de ninguna manera. Es una relación estrecha con el mar lo que une a Ulysse Nardin con el mundo de la navegación, convirtiéndose en emblema de la relojería náutica.
La casa suiza propone, una vez más, surcar los mares con estilo y elegancia, y nos vuelve a sorprender con un magnífico reloj esmaltado y que lleva el nombre de «Kruzenshtern».
Con más de 50 horas de trabajo para crear cada esfera esmaltada, el nuevo reloj se presenta en una edición limitada de 30 piezas con certificado de cronómetro.
El Kruzenshtern integra una reserva de marcha de 42 horas, y un sistema impermeable que lo hace resistente al agua hasta más de 50 metros de profundidad.
Manteniendo la tradición de movimientos complicados, el nuevo cronómetro marino se inspira en la historia de un velero de cuatro mástiles construido en 1926 en Alemania.
La embarcación fue cedida veinte años después a la Unión Soviética e integrada a la flota soviética, siendo renombrada como Kruzenshten, en honor al almirante Adam Johann von Kruzenshtern, el primer ruso en circunnavegar la tierra.