El presidente Barack Obama se entregó el domingo en el controvertido debate en torno al aborto y le dijo a los graduados de la principal universidad católica del país que ambas partes deben dejar de odiarse entre sí.
Obama reconoció que «no importa qué tanto intentemos fusionarlos… el hecho es que, a cierto nivel, los puntos de vista de ambas partes son irreconciliables». Sin embargo, aún así el mandatario exhortó a los graduados de la Universidad de Notre Dame y a todos los habitantes de Estados Unidos a dejar de «reducir a una caricatura a los que tengan puntos de vista distintos al propio. Corazones abiertos. Mentes abiertas. Palabras imparciales. Es una forma de vida que siempre ha sido la tradición de Notre Dame».
Una de las controversias que ha provocado más atención de la opinión pública en su joven presidencia resurgió después que Obama, quien respalda los derechos para abortar pero dice que la interrupción del embarazo debe ser un procedimiento poco usual fue invitado a pronunciar un discurso en la universidad y a recibir un grado honorario.