Icónicos, exquisitos, maravillosos y simplemente inolvidables, estos vestidos de novia marcaron algo realmente especial en el mundo. Aquí una lista de los que creemos puede re utilizarse como inspiración para tu gran evento.
El inolvidable vestido de novia de Sonlange (2014)
Como olvidar la entrada de Solagne, hermana de Beyonce, montada en una bicicleta adornada con el ramo de novia en la cesta y enfundada en un mono de traje pantalón con capa y amplio escote del diseñador Stephan Rolland.
El estilo vintage de Kate Moss (2011)
Para la boda de Kate Moss y Jamie Hince, la famosa modelo recurrió a un verdadero grande en la moda que diseñó especialmente para ella un vestido muy romántico y con tintes vintage, hablamos de John Galliano.
Elizabeth Taylor, inspiración en color (1959)
El mes de mayo de 1959, la musa del cine Elizabeth Taylor se casó por cuarta ocasión con el cantante Eddie Fisher. El blanco esta vez no fue el protagonista, sin embargo dejo ver una pieza realmente inolvidable y digna de repetirse. Se trataba de un vestido corto en color verde, que hacía juego con su ramo y zapatos de seda.
Bianca Jagger en contra de lo tradicional (1971)
Casarse con un rockero tan famosa no es cosa fácil, así que Bianca Jagger optó por seguir sus instintos e ir en contra de los clásicos vestidos de novia repletos de miel para su boda con Mick Jagger.
Bianca Jagger lució un traje de falda blanca de Savile Row, que por cierto ya había había diseñador para los Rolling Stones, Elton John y Yoko Ono.
El escote era realmente crucial en este diseño que quedará como uno de los más impactantes del rock.
El Armani a la medida de Charlene de Mónaco (2011)
Uno de los mejores vestidos de novia de Armani fue portada por nada más y nada menos que Su Alteza Charlene de Mónaco.
Giorgio Armani decidió hacer algo realmente inspirado en esta ex nadadora que quería algo moderno y digno de una boda real y que jamás fuera comparado con la boda de la princesa Grace.
El vestido llevó 2.500 horas para su creación, 700 horas para el bordado, y contó con 40.000 cristales Swarovski, 20.000 lágrimas de perlas y 30.000 piedras en tonos de oro. El vestido se componía de 50 metros de seda duquesa, y 80 metros de organza de seda – e incluso el velo era una obra de arte, que abarca 20 metros de tul de seda tomar 100 horas para bordar, según reveló el diseñador a la revista Vogue.