Este año sin duda fue uno de los más exitosos para los llamados hombres “lumbesexuales”.
No sabemos por cuánto tiempo la moda masculina apele a este hombre de barba cuidada, camisa a cuadros y con ganas de huir del pasado “metrosexual” que lideró años anteriores la estética varonil.
Según el diario Vanguardia de España, la palabra lumbersexual está compuesta de lumber, que significa madera, o incluso lumberjack/lumberman, que definen al leñador.
La estética de “leñador” describe, a hombres desaliñados, barbudos y amantes de las camisas de cuadros.
Al parecer, el lumbersexual es una invención de la mujer. “El término surge de las revistas femeninas. Responde a un hombre barbudo, con camisa de cuadros y que exuda feromonas. Es básico, asilvestrado, muy vinculado a la figura del nuevo hippie, a la naturaleza y que, en teoría, no cuida su imagen”, explica el psicólogo Luis Muiño al periódico ABC.
Y remarca “en teoría” porque, ciertamente, estos hombres “desaliñados” sí que cuidan al detalle su dejadez. Esta tendencia aparece vinculada al retorno social del perfil del un hombre “que responde a la virilidad”, afirma el experto.
En México la tendencia llegó muy a tiempo. En famosos barrios alternativas como la colonia Roma se comenzaron a ver los primeros “leñadores” y poco después se extendió a importantes influenciers y socialités.
Instagram de Max Villegas
Con la barba llegaron las barberías inspiradas en viejas técnicas y espacios vintage que de inmediato cumplieron las necesidades de estos hombres que nunca se había cuidado la barca como se merece.
Por su parte los productos de belleza para el cuidado también se comenzaron a proliferar por estéticas y marcas cosméticas. En México se abrieron barberías como Barbería Capital, ubicada en la colonia Roma.
El lumbersexual además adaptó algunas rutinas de estilo de vida entre las que se destacan una alimentación sana de ingredientes orgánicos, explora nuevas cervezas artesanales hechas localmente y café de buena calidad hecho en su país de origen.