Equilibrio entre elegancia y pericia técnica son dos de los atributos de la colección Girard-Perregaux 1966, que rinde tributo a los años 1960.
La colección combina la delicada relojería para presentar este reloj, que destaca, entre otras cosas, por sus funciones de gran fechador y fases lunares al mismo tiempo.
La caja, con un diámetro de 41 mm, integra un cristal ligeramente abombado y un elegante, bisel pulido con efecto diamante, sutilmente inclinado, como parte de su refinado diseño.
Para lograr su óptima adaptación a la muñeca, las asas son curvas, otorgando a la caja una línea de fluida pureza, mientras que el sofisticado acabado es seña de identidad de Girard-Perregaux.
Por su parte, el fondo de zafiro desvela el movimiento compuesto por 290 piezas, incluida la masa oscilante decorada con Côtes de Genève.
Fue precisamente en los años ´60 cuando las innovaciones relojeras y técnicas desarrolladas por Girard-Perregaux fueron premiadas con el Neuchâtel Observatory Centenary Prize, siendo así uno de los primeros en tener su propio departamento de Investigación y Desarrollo.
En 1966 se presentó el primer movimiento de alta frecuencia que concedió a sus relojes un excepcional nivel de precisión.