En la colección de otoño-invierno 2015 de Loewe, se recupera el concepto de mujer presentado en la temporada anterior. Sin embargo, esta vez se añaden elementos funcionales que nos permiten descubrir una faceta diferente de su vida; en esencia, futurismo realista con un toque industrial.
El espectro de colores pastel de un top de napa confeccionado en ante gris abre la colección definiendo una temática basada en las texturas y los colores.
Se presenta una silueta fluida y en columnas, caracterizada por pantalones anchos en espiga, marcada por elementos gráficos y estructurados.
La identidad y experiencia de la casa en el uso de la piel permite una interesante y variada integración de este material en la elaboración de las prendas, totalmente actuales en cuanto a corte, diseño y aspecto.
Se busca la permanencia de lo liviano, así como la experimentación con los materiales y los contrastes: el ante, con patrones que pretenden desconcertar con su diseño, adquiere una nueva complejidad visual. El uso de vibrantes tonalidades de rojo y turquesa, así como de oro y plata, se atenúa en combinación con tonalidades y tejidos clásicos. La textura granulosa de una cazadora de piel de búfalo con formas geométricas contrasta con la flexibilidad de la napa, que se utiliza en los largos vestidos y túnicas. Los omnipresentes elementos metálicos y de piel contribuyen a la reinterpretación de la inspiración basada en la ciencia, mientras que para la creación de los plisados se recurre al lamé, con efectos similares al mercurio, o se emplean técnicas sobre ante. En el exterior, predominan las prendas de armario esenciales; en el interior, un top de seda y nailon es como una segunda piel bajo cada uno de los estilismos de la colección.
Los colores reflejan la diversidad de matices de la vida contemporánea que, gracias al modelo Barcelona, un nuevo y femenino bolso de hombro que refuerza la sólida identidad del modelo Puzzle, complementa una edición universal para la mujer.